El objetivo es mostrar cómo se puede elaborar un BMC a un «modelo de negocio» peculiar. Ese modelo es el feudo medieval que se constituyó en la unidad básica de explotación económica durante la Edad Media.
Este post ha sido elaborado con material procedente de la wikipedia que ha sido reestructurado ampliamente por mi. En la medida de lo posible intentaré citar los artículos originales para que el lector interesado busque allí las referencias bibliográficas. Si lo leído te ha parecido interesante, por favor cosidera la opción de convertirte en donante de wikipedia. Merece la pena apoyar este proyecto.
Índice del artículo
Porqué el Busines Model Canvas
En la actualidad las principales unidades económicas son la familia, la empresa y el Estado. En la Baja Edad Media tan sólo estaban la familia y el feudo como propiedad personal de un noble. Vamos a estudiar la estructura económica del feudo rural para analizar el origen y el destino de las rentas generadas en él. Para ello he utilizado el Business Model Canvas o BMC. Aquí hay una descripción muy completa del método hecha por Javier Megías. El BMC permite visualizar de forma clara las relaciones entre todos los actores (hoy diríamos stakeholders) que integran la unidad económica. Este es el motivo por ql que me he inclinado a utilizar esta herramienta de análisis.
Este BMC no es un dibujito simpático: todos los elementos empleados quedan justificados mediante una investigación bibliográfica. No se trata, sin embargo, de un artículo de investigación académica ya que las referencias bibliográficas empleadas son de «segunda mano».
Prácticamente todas ellas se han extraído de la wikipedia de artículos razonablemente buenos y he dado por válidas las citas bibliográficas que allí se emplean. No las he leído por mí mismo ya que es imposible para cualquier ser humano leer todo lo que se ha escrito sobre la Edad Media.
Fundamento del Busines Model Canvas
En este post se da una visión histórica de cómo se llegó al feudalismo desde la caída del Imperio Romano.
El sistema socio-económico feudal se basa en tres pilares fundamentales. El eje político se articula mediante la institución del vasallaje. El eje social se articula a través del estamento; se habla por ello de una sociedad estamental. El tercer estamento o pueblo llano se analiza aquí.
Hoy en día (desde la Edad Moderna de hecho) la unidad económica básica es la empresa. En la época medieval esto no era así. La economía se organizaba en unidades territoriales que tendían a la autosuficiencia: los feudos. La tipología de los mismos es inmensa. Los había del tamaño de una provincia y otros que llegaban únicamente hasta las murallas de la ciudad. Cada uno tenía unas normas diferentes en función del señor del que dependía. Los diferentes tipos de feudo se originan por el desigual reparto de las facultades de disposición, uso y disfrute de la tierra. Se discuten aquí.
Para simplificar distinguiremos entre los feudos rurales y los urbanos. En los primeros, es el señor el que poseía todo el poder coercitivo, judicial y económico. Y los ejercía sin oposición por parte del campesinado libre o servil.
Por contra, en las ciudades de mayor actividad comercial esto no ocurría así. El poder económico era ejercido por un patriciado urbano de naturaleza comercial que, a la larga, disputó el poder a la nobleza. La capacidad efectiva de oponerse a los intereses de los terratenientes permitió que el marco regulatorio fuese poco a poco inclinándose a favor del comercio y de la actividad financiera.
Canvas de modelo de negocios del feudo medieval
Empresa – Mercado
El lienzo (BMC) se divide en dos áreas: la izquierda representa la empresa y la derecha el mercado. La palabra empresa debe entenderse aquí como la unidad económica a estudiar. O sea, el feudo. La parte izquierda representa al mercado, es decir a los agentes que tienen libertad para participar de, o en, la unidad económica. Ese «mercado» está integrado básicamente por el pueblo llano o tercer estado.
Segmentos de clientes
Dado que estamos considerando un feudo rural, los segmentos de clientes estarán compuestos por aldeanos o villanos dedicados en su mayor parte a labores agrícolas. También habrán artesanos de baja especialización y comerciantes. Al tratarse de gentes libres, si la «propuesta de valor» del señor feudal no les convence podrán abandonar el feudo por otro lugar donde sean mejor tratados.
El primer segmento estará constituido por los campesinos que generarán renta a través del arrendamiento de terrenos al señor o a través de los impuestos que se cobran a los excedentes de renta. Esta renta será abonada en especie (partes de la cosecha, animales, etc…) o en metálico (poco frecuente durante la alta Edad Media). También podrán generar renta abonada con trabajo ya que algunos vilanos podrán formar parte del ejército del señor.
He incluido a los siervos en este segmento porque siempre tenían la posibilidad de huir del feudo. Un siervo que era capaz de vivir durante un año y un día en la ciudad perdía la condición servil y se convertía en un hombre libre. Además, los siervos trabajan los mansos para procurarse sustento. De forma libre, y con los incentivos adecuados, podían elegir generar renta por encima de la de subsistencia para mejorar su situación vital y para contribuir a la generación total de renta del feudo.
Los artesanos dependían de la población del feudo para encontrar mercado a sus productos. Un feudo despoblado sería abandonado con rapidez.
Por último los pequeños comerciantes dependían del régimen de derechos señoriales sobre el feudo. Si el señor cobraba derechos de pontazgo (uso de puentes), portazgo (atravesar la puertas de la villa), uso del molino y peajes, entonces la actividad comercial se reducía de tal modo que los comerciantes no podían vender la producción excedente local.
La propuesta de valor
¿Qué hacía el feudo atractivo a los «clientes»? Principalmente un ejército poderoso capaz de garantizar la seguridad de sus pobladores. Esa era la esencia del pacto entre el señor y los vasallos: la protección militar. También era frecuente que algunos mercaderes fuesen perseguidos y ajusticiados cuando sus caravanas no paraban en ciertos feudos a comerciar. El miedo, a veces, también es un incentivo poderoso para mantener lazos comerciales.
Por supuesto, unos impuestos razonables eran un gran atractivo para mantener a las gentes en el territorio.
Además, si el feudo disponía de una adecuada oferta de servicios de apoyo entonces mejoraba mucho su atractivo. Instalaciones para un mercado permanente, tabernas, posadas, molinos de grano, puentes que acortasen los días de viaje, caminos buenos para las yuntas de bueyes, iglesias para el consuelo espiritual, etc…, constituían elementos que facilitaban el trabajo a los que se dedicaban a las actividades productivas.
Por último, pero no menos importante, estaba la fertilidad en general del feudo. Unas buenas tierras, pastos y agua abundantes; y unos bosques generosos en caza, eran buenos incentivos para permanecer en el lugar.
Relación con los clientes y canales de comunicación
El apartado de relación con los clientes tiene que ver con los sentimientos que va a inspirar el señor entre las gentes del feudo. Para poner en valor su propuesta deberá ser capaz de transmitir prestigio social a través de la forma de vestir y de actuar. Deberá tener un ejército capaz de infundir seguridad en los amigos y miedo en los enemigos. Y por último, las gentes deberán pensar que permanecer en el feudo les permitirá tener más expectativas de beneficio, ya sea por la calidad de las tierras o por el mayor mercado.
Los canales de comunicación por los que el señor transmitirá su propuesta de valor serán tres. Por un lado patrocinará trovadores que canten sus gestas y hazañas para aumentar su prestigio. Por otra parte recurrirá al principal elemento de legitimación: la iglesia. El señor necesitará que predicadores y sacerdotes convenzan al pueblo de el orden social se mantenga.
Por otra parte, durante la Baja Edad Media, casi las únicas personas que abandonaban los feudos en algún momento de su vida eran los soldados y los buhoneros (comerciantes ambulantes). Y los primeros no solían regresar enteros. En la práctica, eran una de las pocas formas de comunicar noticias entre estas unidades económicas que tendían a la autosuficiencia. De ellos dependía la salida de los excedentes comerciales y la llegada de productos exóticos al feudo. Con el paso del tiempo esto se institucionalizó con las Ferias comerciales.
Flujo de ingresos
En el feudo imperaba un sistema de exacción de rentas. El señor percibía las rentas abonadas por los siervos en forma de corveas (trabajo obligatorio). Los campesinos libres generaban rentas de dos formas: los arrendamientos y formando parte del ejército del señor. Así, los primeros serían una renta (dineraria o en especie); y el servicio militar sería una renta abonada en trabajo. Mientras que artesanos y comerciantes eran cargados con impuestos por su actividad comercial y por derechos señoriales variados.
Cuando se producía un excedente de renta, por iniciativa de las gentes o por un año de buena cosecha, los señores inventaban nuevos impuestos o reformulaban los existentes para apropiarse de los excedentes generados. No existía el concepto de beneficio privado. Cualquier renta era susceptible de acabar en manos del señor, puesto que era él quien poseía la jurisdicción civil en el feudo por la gracia de Dios.
Recursos clave y actividades clave
Para poder desarrollar su propuesta de valor, el señor feudal necesitaba unos recursos clave. Éstos eran un ejército numeroso para infundir miedo en el corazón de sus enemigos y un grupo de sacerdotes que se ocupase del bienestar espiritual del rebaño de Dios (y de paso lo legitimasen en su posición privilegiada). Esto sólo era posible si el feudo poseía grandes extensiones de tierra fértil capaz de alimentar a una gran población que nutriese al ejército y generase las rentas suficientes para pagarlo todo.
Así pues sólo había una forma sencilla de conseguir los recursos clave: la guerra. Conquistar el feudo del vecino proporcionaba tierra (y siervos con ella), botín y gloria… Mucho mejor que cultivar remolachas en el jardín. Desgraciadamente, otros pérfidos nobles tenían estas mismas ideas por lo que era importante construir fortalezas y castillos para la defensa.
Pero llegó un momento en que la conquista de los vecinos empezó a estar mal vista… Y los que quedaban se habían fortificado demasiado. Así pues, en la Europa central los feudos quedaron estabilizados, por lo que la única vía de expansión quedó en la periferia del Sacro Imperio: En la Península Ibérica y en Europa Oriental (Hungría, Balcanes y Rusia).
La única forma que quedó disponible para lograr los recursos necesarios fue el cobro de impuestos. Pero era más difícil que las primeras para la nobleza de carácter militar y terrateniente.
Socios clave
El socio clave que permitía la buena marcha del feudo era el rey, o en su defecto el noble de mayor rango que había otorgado el feudo al señor. El señor le debía las obligaciones de auxilium et consilium. Además, solía entregarle parte de la renta que el feudo generaba. El noble, por su parte, podía ofrecer apoyo político al señor frente a otros señores rivales.
También dependía del obispo de la diócesis para el nombramiento del clero secular que ejercía en la misma. Era frecuente que el señor otorgase al obispo parte de la renta del feudo en concepto de sostenimiento de la Iglesia (y también para lograr apoyos políticos adicionales).
Por último estaban los grandes mercaderes que controlaban las rutas comerciales. Ellos podían contribuir a la buena marcha económica organizando Ferias, mercados o, simplemente, incluyendo el feudo como parada de una ruta más amplia.
Estructura de gastos.
En este apartado se observa la distribución de la renta que el feudo generaba. El principal gasto era el militar para el mantenimiento del ejército. Esta era la razón de ser del feudo: la protección y el ataque.
También se producían gastos de mantenimiento de las estructuras que daban soporte a los servicios señoriales. Esto incluye el mantenimiento de los puentes, molinos o carreteras de los que después el señor cobraba tasas por su uso. Otro gasto importante era el de mantenimiento de las fortalezas y castillos que proporcionaban seguridad al territorio.
Un gasto necesario más era de naturaleza suntuaria. El señor necesitaba demostrar que la fortuna le sonreía (hoy diríamos que necesitaba prueba social) y para ello gastaba en ropajes, joyas y lujos variados.
Como hemos visto, otra parte de la renta que se producía era entregada al noble del que dependía el señor y otra era puesta al servicio del obispo.
Finalmente, la última parte de la renta podía ser acumulada en forma de moneda fuerte por si en el futuro era necesaria. Esto último no era obligatorio ya que la finalidad del feudo no era la acumulación de riqueza sino la defensa del territorio.
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