
Hipoteca británica por Neil Hoskins vía http://freeimages.com
Aunque ambos tuvieron un impacto enorme sobre el mundo feudal, no suele ponerse el foco sobre esa compañera de viaje invisible, la economía financiera. Gracias a ella se potenciará el comercio y se estimulará la economía con nuevos modos de producción que dinamitarán el mundo feudal desde su raíz.
Índice del artículo
Economía real
Si tomamos la definición de Marx (Groucho no, el otro), la economía es la disciplina que estudia la extracción, producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios. En realidad, estaríamos estudiando el modo en el que se combinan los factores productivos clásicos: capital, tierra y trabajo, para lograr un determinado fin.
En el mundo feudal ese fin sólo podía tratarse de uno: mantener a los estamentos privilegiados, los poseedores de la tierra, en posición dominante. ¿Frente a quien? ¿Al pueblo llano? ¿A los burgueses sin privilegios? ¿A los sarracenos infieles? Claro que no. Para mantener a unos privilegiados a salvo de los otros.
La unidad económica medieval es el feudo. Vimos que la renta que se obtenía de él se dedicaba a varias cosas. La más importante, el mantenimiento de los hombres de armas que defendían al Señor en su puesto frente a los señores rivales.
Con la profesionalización de la guerra, se vio que las milicias campesinas no podían competir con la tropa primero mercenaria y luego profesional. Esto queda ilustrado en este podcast absolutamente recomendable. Y para pagar mercenarios hacía falta dinero.
Dinero durante la Edad Media
Hace unos meses clasificamos las formas de dinero en función del respaldo que tenían. Siguiendo este criterio, es evidente que tras la caída del Imperio Romano lo que circuló por Europa fue el dinero-mercancía en forma de moneda y respaldado por la cantidad de metal precioso que éstas contenían.
Pero con el tiempo apareció una innovación muy interesante: los depósitos de dinero. Cambistas y orfebres custodiaban el metal precioso de la población en forma de depósitos (de monedas o joyas). A cambio, proporcionaban a los particulares cuentas corrientes y unos medios de pago basados en cartas para realizar los intercambios comerciales.
Si lo pensamos bien, los medios de pago endosables que se generalizaron en la Baja Edad Media, no eran más que una forma de dinero-crédito. Eran documentos transmisibles cuyo valor estaba respaldado por los depósitos de metal precioso (amonedado o no) en las mesas de cambio.
Hoy en día diríamos que el mundo feudal rural trabajaba exclusivamente con la masa monetaria M0. En cambio, el incipiente patriciado urbano que empezaba a desarrollarse alrededor de los principales focos de comercio (Amberes, Génova, Venecia) trabajaba con la masa M1 (el dinero en metálico más los depósitos bancarios).
El fin de la Edad Media
Los señores feudales estaban ligados a la tierra. La renta producida por un feudo estaba limitada a la cantidad de metal precioso que se pudiera extraer de él (de las cosechas, las minas o de sus habitantes). Para conceptualizar esto diríamos que la renta feudal seguiría una función lineal en el tiempo. Así el capital feudal se acumularía de forma lineal: un año sería R, al año siguiente 2R, y así sucesivamente. La única forma de incrementar esta renta era apropiándose de la tierra del vecino por matrimonios o mediante la violencia.
Pero un nuevo tipo de señores, más independientes de la tierra, estaba apareciendo. Las rentas que obtenían procedían también del comercio y del préstamo de dinero. Además, no estaban limitados por el dinero en metálico que poseían. Su base monetaria era mayor al emplear también los depósitos.
Estos señores modernos (de la Edad Moderna quiero decir), conseguían reproducir su dinero al modo capitalista, es decir invertían en negocios o préstamos para obtener beneficios. De esta forma, sus rentas se incrementaban de manera exponencial, a diferencia de las rentas feudales que se reproducían de forma lineal.
Por tanto, un príncipe con acceso al crédito podrá pagar más y mejores mercenarios para convencer a sus rivales de su mayor derecho divino a gobernar. Y así, las incipientes monarquías autoritarias de la Edad Moderna van acabando con el viejo orden feudal. Esto lo logran aliándose con la nueva clase que está apareciendo, la de los poseedores del capital. Al principio serán cambistas y grandes comerciantes que, con el paso del tiempo tiempo, se convertirán en banqueros.
Podríamos decir que, en realidad, el feudalismo fue derrotado por una función matemática: la exponencial.
Hacia la economía financiera
En las principales plazas comerciales se crearán bancos que tendrán depositado el dinero en metálico. Pero, como la moneda no puede circular libremente, se inventan unos instrumentos (letras de cambio) que sirven a la vez para conceder crédito, para transferir capital y como medio de pago, ya que son endosables.
Es importante resaltar que el crédito con interés pertenece a la economía real. En realidad, tanto el crédito como el dinero bancario, son condiciones necesarias pero no suficientes para la existencia de una economía financiera.
La economía real funciona a base de intercambios de bienes o servicios por dinero en metálico. ¿Cómo evolucionarían las cosas con el dinero bancario y las letras de cambio que estaban apareciendo?
En este interesante artículo, Luis G. Chacón describe los elementos clave que conformarán la nueva economía: los bancos, las compensaciones de pagos y los títulos de crédito.
Las compensaciones de pagos
Este es un mecanismo clave del nuevo sistema económico. Para entender su significado, podemos imaginar el caso que ya vimos de los dos mercaderes que realizan una transacción cuyo instrumento de pago no es el dinero en metálico sino una domiciliación en la cuenta de un banco.
¿Qué ocurre cuando los mercaderes poseen cuentas en mesas de cambio distintas? Al finalizar la jornada, los cambistas de una plaza se reunían para poner en común el total de las órdenes de pago a favor y en contra de forma que sólo se pagaban en moneda metálica pequeñas cantidades.
En el contexto internacional, las compensaciones se realizaban en las ferias medievales. El último día de feria, los cambistas-banqueros realizaban el balance que hemos explicado, compensando los créditos a favor y en contra que venían expresados en los documentos cambiarios endosables. De este modo, el intercambio de dinero en metálico se reducía una vez más al mínimo.
Economía financiera
Si en la economía real, los principales actores eran los mercaderes, en la financiera serán los banqueros. Su principal objetivo será prestar el dinero depositado para obtener beneficios. Sin embargo, deberán mantener suficientes reservas para atender las retiradas de fondos y las órdenes de pago de sus depositantes.
Este equilibrio no siempre es fácil ya que las circunstancias, un préstamo fallido o muchas órdenes de pago simultáneas, pueden dejar al banco sin tesorería suficiente para hacer frente a sus compromisos. Es aquí donde los títulos de crédito intervienen con un papel estelar.
Supongamos que somos banqueros y a final de mes debemos hacer muchos pagos en nombre de nuestros clientes. Si vemos una letra de cambio pagadera a un particular de nuestra ciudad, seguramente nos interesará comprarle esa letra con un descuento razonable y cobrarla por él. Ese descuento nos permitirá aliviar la presión sobre nuestra tesorería ya que es un derecho de cobro que utilizaremos más tarde para compensar pagos con otros bancos y evitar la salida de fondos.
Esta necesidad de compensar pagos para proteger la tesorería es la que impulsa el empleo generalizado de los títulos de crédito durante la Edad Moderna.
Así que, finalmente, la definición de economía financiera cobra sentido: es la disciplina que estudia la extracción, producción, intercambio, distribución y consumo de… Títulos de crédito.
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